... ame. Carlos se sintió súbitamente desarmado, y cambió de rostro y de lenguaje: -¡Catalina ¡Catalina -la dijo asiéndola de la mano-, ¿por qué llora Ud.? ¿Es de compasión o de cólera? ¿Es llanto ...
... castigo Quinta Parte: Capítulo IIIde Fiódor Dostoyevski Piotr Petrovitch ‑exclamó Catalina Ivanovna‑, protéjame. Haga comprender a esta mujer estúpida que no tiene derecho a insultar a una noble ...
... , descubre la estatua orante de D. Juan I. Gracias, señora -dijo doña Catalina con muchísimo remilgo. -Ya, ya sé que son ustedes de sangre real -afirmó Felisita echando por la calle de en medio. -Ay ...
... En Historia y vida, ISSN 0018-2354, Nº. 500, 2009, págs. 57-75.• José Luis OLAIZOLA. Catalina de Aragón, mujer legítima de Enrique VIII. Editorial Planeta, 1993. ISBN 84-08-01043-3.• Francisco ...
... gruesa hoja de encina, y apareció en el hueco, inmóvil y muda, la Comendadora, la misma doña Catalina de Landrey y Castro, con las tocas negras, el blanco escapulario, y, en el pecho la roja heráldica ...
... ignora Ud. que hay en Madrid otra persona ligada a Ud. como yo, por alianzas con su familia. Catalina, viuda del conde de S. , ha extrañado el saber que un hijo de don Francisco de Silva se halla ...
... al ver acercarse al gendarme dispuesto a detenerlos y habían huido a todo correr.La infortunada Catalina Ivanovna se había lanzado en pos de ellos, gimiendo y sollozando. Era desgarrador verla correr ...
... su falta de gusto. El clero inglés, dócil, anuló el casamiento y Ana de Clèves cedió el sitio a Catalina Howard. Catalina tenía dieciocho años, Enrique, sesenta. Avinagrado y feo,...
... otras monjas no parecían menos ufanas de la victoria que habían ganado. «¡Ay, hermano mío -me dijo Catalina, embellecida por el júbilo-, bendito sea el Señor, que me ha dejado ver este gran día ...
... pagar su falta de gusto. El clero inglés, dócil, anuló el casamiento y Ana cedió el sitio a Catalina Howard. Catalina tenía dieciocho años, Enrique, sesenta. Avinagrado y feo, no...
... de Enrique I, no resulta válida, pues jamás llegó a reinar indisputablemente).Carlos V, sobrino de Catalina de Aragón, había dirimido su pleito con Francisco I, en Pavía, y ejercía efectivo control ...
... he vivido , ¡he amado Condéneme el mundo y castígeme el cielo: Estoy resignada. -¡Catalina ¡Catalina -exclamó Carlos- No son ésas las palabras que mi corazón te pedía. ¿Qué nos importa ahora ...
... privado. Luego que estuvo solo con ella echose a sus pies. -¡Catalina ¡Catalina ¿Es la casualidad, es el cielo o el infierno quien nos reúne? ¡Catalina -repitió con arrebatos de...
... go cuadro de la Última Cena. Un reloj de péndulo.—Tu tía Catalina se fue a acostar porque se sentía mal de su garganta.Catalina. Catalina y...—¿Quieres cenar algo? Hay pollo, ¿te...
... un bello y templado día del mes de abril cuando Carlos entraba por la segunda vez de su vida en casa de Catalina de S. . Tres días hacía que no la veía. Elvira, restituida a su antiguo método de vida ...
... hubiera caído a no llegar Elvira que la sostuvo en sus brazos. Dos o tres minutos transcurrieron sin que Catalina pudiese o quisiese tirar del cordón de la campanilla, y acaso cediendo a las súplicas ...
... su cad& 225;ver desde lo alto de la fortaleza. En vez de corregir tal castigo popular el car& 225;cter de Catalina, lo hizo m& 225;s autoritario y cruel. Tom& 243; un amante que realiz& 243; iguales ...
... de Pedro III, de soltera Sofía de Anhalt-ZerbstPablo I Pétrovich (1796-1801), hijo de Pedro III y Catalina IIAlejandro I Pávlovich (1801-1825), hijo de Pablo INicolás I Pávlovich (1825-1855), hermano ...
... de dar veinte vueltas alrededor de la sala volvió al aposento de la enferma, y halló a Catalina todavía dormida. Estuvo contemplándola un momento y repitió involuntariamente: -Es imposible que no sea ...
... en la autenticidad de la aparición de Santa Teresa al incrédulo, al nuevo Saulo del magnetismo.Catalina y su esposo se despidieron pronto, sin más experimentos. Foligno, después de tamaño triunfo ...
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